La aplicación de baños de contraste es algo que sugerimos hacer a nuestros pacientes, por eso hemos decidido hacer un post sobre esto, para que seáis conscientes de lo importantes que son.
Se deben realizar previo a la rehabilitación en las fases agudas y subagudas de algunas lesiones como los esguinces y/o traumatismos. Se realizan previo a los ejercicios pautados por el profesional sanitario y a las movilizaciones pasivas, ya que disminuyen la rigidez y el dolor.
Normalmente, nosotros recomendamos a los pacientes realizarlos de forma diaria cuando han sufrido un esguince, fractura (posterior a la retirada de la inmovilización) o en cualquier lesión en la que exista edema y/o una gran inflamación que provoque un aumento de presión, no permita un buen funcionamiento de los tejidos blandos, y en dónde no exista un buen retorno linfático.
Debemos destacar que es muy útil en el síndrome de Sudeck (alteración de carácter crónico que afecta al sistema nervioso). Ya que es una buena herramienta para ayudar a equilibrar el sistema nervioso autónomo, mejorando la circulación y reduciendo el dolor.
Preparamos un cubo con agua caliente entre 38-44 grados (no ardiendo) y otro con agua fría entre 10-15 grados (agua con algo de hielo, no congelada).
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